Las rosas, admiradas mundialmente por su belleza y su exquisita fragancia, poseen una rica historia llena de simbolismo y significado en diversas culturas. Desde tiempos antiguos, estas flores han representado emociones profundas y conceptos universales como el amor, la pureza y la pasión. 

Cada color de rosa tiene un mensaje único: las rosas rojas simbolizan el amor eterno, las blancas representan la pureza, las amarillas evocan alegría y amistad, mientras que las rosas rosadas destacan por su delicadeza y gratitud. Con una amplia gama de colores y variedades, las rosas continúan siendo un ícono universal que conecta corazones y emociones a lo largo de los siglos.

Las rosas, cultivadas por la humanidad durante miles de años, tienen un pasado fascinante lleno de simbolismo y belleza. Sus primeras referencias se encuentran en la antigua Persia y Egipto, donde eran veneradas como símbolos de amor y belleza. En la Antigua Grecia y Roma, estas flores se asociaban con los dioses y eran protagonistas en ceremonias religiosas y festivivas.

En la Edad Media, las rosas florecían en los monasterios y jardines señoriales de Europa, mientras que la expansión del Imperio Otomano impulsó aún más su cultivo y popularidad. Ya en la época victoriana, el lenguaje de las flores elevó a las rosas a un nuevo nivel, asignándoles significados únicos según su color y variedad. Esta rica historia convierte a las rosas en una flor cargada de tradición y emoción, ideal para cualquier ocasión especial.